El Infierno de Dante

En el libro La Divina comedia, Dante Alighieri hace un retrato de lo que sería su visión del infierno otorgando una condena acorde al pecado cometido, y para hacerlo se basó principalmente en los Pecados Capitales. No lo hace exclusivamente en ellos ya que pinta ocho círculos, que son niveles que recorre y hace una observación de las almas allí castigadas, hasta llegar al punto más bajo del infierno, el habitado por Lucifer.

El primer círculo estafa formado por los que no cometieron pecado pero que no recibieron el bautismo. En los demás círculos los penitentes estaban siendo castigados los realizar pecados capitales: por lujuria, caminaban entre las llamas purgando sus pensamientos y actos lascivos; por gula, estaban amarrados de pies y manos entre dos árboles, sin poder alcanzar y comer las frutas que colgaban de sus ramas; por avaricia, la condena era permanecer de arrodillas sobre una piedra y recitar ejemplos de avaricia junto con sus virtudes opuestas; por ira, las almas permanecían en la Laguna Estigia, que era un pantano donde nadaban desnudas entre el lodo y por su enojo se arrancaban la piel con los dientes; por envidia, sus ojos estaban cerrados y cocidos porque habían sentido placer al ver a otros caer; por soberbia, son azotados sobre el suelo por una fuerte tormenta y desollados por un cerebro de tres cabezas; por pereza, debían correr sin fin ya no podían respirar o hablar.

Los principales, o los peores, pecados para Dante son la Soberbia, la Lujuria y la Avaricia, ya que tienen mayor protagonismo en su obra. Incluso son estos, simbolizados por una pantera, un león y una loba, los que conducen a Dante a realizar el recorrido por el infierno, el purgatorio y finalmente el cielo.