20 noviembre 2009

La Avaricia

Cuando escuchamos hablar de la avaricia pensamos en alguien que siempre está deseando tener más y más dinero, y enseguida viene a nuestra mente innumerables ejemplos reales y ficticios, como Donald Trump, la familia Bush, Los Poma, el Sr. Burns -de Los Simpson-, Ebenezer Scrooge -de la Canción de Navidad-, Don Cangrejo -de Bob Esponja-, Shylock -del Mercader de Venecia- y así muchos más. Pero la verdad es que alguien no es avaro solo por codiciar riquezas, sino también  placer y /o posiciones de poder.

El mundo está lleno de avaricia, cada vez que anhelamos tener algo que sea solo nuestro estamos siendo avaros. El desear tener más bienes materiales de los que ya tenemos, el no querer compartir, el evitar hacer un favor por propia comodidad, incluso si amamos tanto a alguien que queremos que solo sea feliz con nosotros, estamos dando una muestra de que no estamos exceptos de ese pecado.

La avaricia está relacionada con la lujuria, la envidia y la gula. Con la lujuria, cuando lo que se desea es saciar una pasión o poseer a una persona como a una propiedad. Con la envidia, si el objeto de deseo ya le pertenece a alguien más. Y finalmente con la gula, por la falta de saciedad que conlleva.  

Puede que este "pecado" haya llevado a muchos a superarse y lograr todas las metas en su vida, pero siempre debemos hacer todo con moderación, midiendo cuidadosamente cada uno de nuestros pasos para no volvernos esclavos de este. Cuando caemos presos de una ambición es como si estuviéramos dentro de un vicio, nunca saciaremos esa necesidad, porque sentiremos que aun hay más que debemos tener.


1 comentario:

  1. Me gustó mucho este. Y tenés que recordar que a pesar de que mucha gente logró sus metas en la vida gracias a la avaricia, también perdió en muchas otras áreas, como la familia y la salud. felicidades por tu blog.

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