27 noviembre 2009

La Vanidad y Soberbia

Esta entrada lleva una dedicatoria a Gabriela, una vanidosa que sobresale entre las demás por su carisma y porque a diferencia de la mayoría de vanidosas y vanidosos, sabe ser "medio modesta", como ella misma me ha dicho.

Buscando información para la realización de esta entrada descubrí un error -que al igual que muchos- estaba cometiendo, era considerar que la vanidad y la soberbia son sinónimos. La vanidad es buscar llamar la atención de otros a través de cualidades que poseemos, en especial las físicas, todo esto para conseguir la adulación de estos. La soberbia no busca ni necesita de la adulación, simplemente se considera mejor que todos los demás, por esta arrogancia puede llegar a convertirse en un  solitario o antisocial.

La vanidad no se considera en sí misma como un "pecado", su agravante es caer en la soberbia, y por ende en el egocentrismo y narcisismo. Para llegar a este grado se necesita maquillar la realidad y hacerse parecer más bello o sobresaliente, o incluso algunas veces aparentar algo que no se es para atraer los halagos de otros. Aunque he de reconocer que una pequeña dosis de vanidad no le hace daño a nadie, a todos nos gusta en algún momento reconocidos y queridos, sentirnos bellos y admirados, pero conste que dije solo una pequeña dosis, sin llegar a la exageración.

La soberbia es considerada la madre de los otros seis Pecados Capitales, la raíz misma del pecado, ya que de ella viene la mayor debilidad. El error no es sentirnos orgullosos de lo que somos, sino menospreciar a los otros, dejando de reconocerlos como nuestros semejantes. Quien vive con este "pecado" busca la excelencia por lo que llega a cosiderarse perfecto en sus virtudes, siente que no necesita ni depende de nadie, lo cual imposibilita su armonia y convivencia dentro de la sociedad.

En la historia del catolicismo la soberbia nace cuando un ángel sabedor de su belleza y el aprecio que Dios le daba, quiso ser igual que Él, este ángel fue Lucifer. Pero al darse cuenta de los planes de Lucifer , Dios lo desterró del paraíso y lo condenó a vivir en el purgatorio.

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